¿Cuál es la temperatura óptima para los pollos?

Un productor exitoso sabe lo que ocurre en sus naves. ¿Se ajustan las condiciones climáticas a las necesidades de los animales? ¿Comen lo suficiente? ¿Están creciendo como previsto? ¿Los costes del pienso por huevo son inferiores al rendimiento por huevo? Todos estos son factores que ayudan a los productores avícolas a obtener mejores resultados.

Uno de los factores que más influyen en los resultados es el clima en la nave. Y uno de los factores más importantes que intervienen en el clima es la temperatura. En eso podemos ser de ayuda. Tanto si nos fijamos en el bienestar de las aves como en el ahorro de costes o en los resultados técnicos, las aves están mejor cuando están cómodas. Y cuando se trata de temperatura, eso significa que el productor tiene que asegurarse de que las aves están en su zona de confort.

El rendimiento de sus animales no es el único provecho que se logra con una temperatura óptima. Un sistema de ventilación eficiente también ahorra la valiosa energía.

¿Qué es la zona de confort?

Las aves necesitan sentirse bien en la nave. Para lograr eso, la temperatura también debe ser adecuada. Lo ideal es que la temperatura sea exactamente la que más agrada a las aves. Si es así, podemos decir que las aves están en su zona de confort. Si hace demasiado frío, el comportamiento de las aves cambia. Se arriman unas a otras para aprovechar el calor corporal mutuo. O comen más porque necesitan más energía para elevar su temperatura corporal. Sin embargo, el valor energético de los alimentos que consumen no redunda en beneficio de su crecimiento o de la puesta de huevos. Cuando la situación es más seria, las aves pueden enfermar. Y en el peor de los casos, una temperatura demasiado baja puede ser incluso letal. Una temperatura demasiado alta también es un problema por otras razones. Cuando hace calor, las aves comen menos. Y cuando comen menos, se reduce también su crecimiento, o ponen menos huevos. Y, en este caso, las aves también pueden enfermar si la temperatura no es adecuada. Incluso, pueden sufrir estrés térmico y, en casos muy graves, pueden morir.

Por eso es importante que la temperatura sea la adecuada. Por la salud y el bienestar de las aves y para crear un clima perfecto que permita obtener buenos resultados técnicos. Es cuestión de utilizar un sensor de temperatura y así saber si la temperatura es correcta. ¿Cierto? ¿O se trata de algo más complicado?

¿Cuál es la temperatura ‘adecuada’?

Con un sensor de temperatura, medimos la temperatura ambiente. Y aunque ciertamente es un indicador importante para determinar si la temperatura es adecuada, no es el único. Lo que queremos saber, al fin y al cabo, es si las aves experimentan la temperatura adecuada. Y para ello necesitamos algo más que solo una medición de la temperatura ambiente. Hay otros dos factores importantes que determinan cómo experimentan las aves la temperatura: La humedad (relativa) y el efecto refrigerante de la velocidad del viento.

La humedad condiciona la percepción de la temperatura. Una temperatura ambiente de, por ejemplo, 30 grados puede resultar agradable o convertirse en un calor agobiante en función de la humedad. Así pues, empezamos midiendo la humedad. Y con esa medida, podemos calcular el efecto de la humedad en la percepción de la temperatura. Dependiendo de cómo esté configurado el sistema climático de la nave, se puede influir tanto en la temperatura como en la humedad controlando la refrigeración, la calefacción, la ventilación y la humidificación del aire. Pero no basta con controlar la temperatura y la humedad por separado.

¿Cuál es la temperatura óptima para los pollos?

En los mejores sistemas, la temperatura y la humedad no se controlan por separado, sino que el controlador determina la temperatura prevista considerando también el efecto de la humedad. Cuando la humedad es más alta, la temperatura prevista en grados centígrados puede programarse de forma más baja, ya que el efecto de la temperatura combinada con una humedad alta provoca que las aves sientan una temperatura superior a la indicada en grados centígrados. Y a menor humedad, el controlador mantiene justamente una temperatura meta ligeramente superior.

Reflexionemos un momento sobre lo que esto significa. Si no se tiene en cuenta la humedad al regular la temperatura, esta puede ser correcta en cuanto a grados centígrados, pero la sensación térmica puede ser igualmente errónea. El productor cree que las aves están en su zona de confort, pero en realidad tienen demasiado frío o demasiado calor. Con todas las consecuencias que esto conlleva. Tal vez sufran estrés por calor, o justamente, corren peligro de sufrir hipotermia. En todo caso los resultados técnicos serán menos buenos, como, por ejemplo, un deterioro de la conversión de pienso, o mayores costes de pienso por huevo, o un crecimiento más lento, o la disminución del número de huevos.

Afortunadamente, Fancom puede ofrecer una solución en este sentido. Nuestros mejores climatizadores incluyen una corrección automática de la humedad. Es decir, el regulador ajusta automáticamente el valor deseado en grados centígrados en función de la humedad medida. Llamamos Humitemp al ajuste que controla esta corrección automática.

¿Y qué hay de la velocidad del viento?

Además de lo anterior, hay que tener en cuenta también el efecto refrigerante de la velocidad del viento. En la mayoría de las zonas climáticas, durante los periodos de calor es necesario contar con una refrigeración. Esto puede hacerse, por ejemplo, con nebulizadores o esteras refrigerantes. Pero en la mayoría de las naves, se empieza a generar refrigeración mediante la velocidad del viento. Esto se hace instalando ventiladores de túnel en un extremo de la nave para crear circulación del aire en el interior. Esto tiene un efecto similar al del ventilador que nosotros también usamos en los días calurosos: De este modo, si bien no se logra bajar la temperatura ambiente real, se produce una sensación térmica más fresca.

Y en este caso, nuevamente es importante detenerse a considerar lo que esto significa. La temperatura ambiente no bajará, pero las aves experimentan el efecto de la velocidad del viento como enfriamiento. En otras palabras, su sensor de temperatura no indica realmente la temperatura que experimentan los animales. Y aquí reside de nuevo el riesgo de creer que la temperatura indica que sus animales están en su zona de confort, mientras que, al mismo tiempo, observa síntomas de que hace demasiado frío. El consumo de pienso es innecesariamente elevado, las aves no crecen o ponen muy pocos huevos, se amontonan en lugar de estar bien repartidas por la nave, enferman y, en el peor de los casos, mueren.

Temperatura efectiva neta

Y también para este tipo de situaciones, Fancom le ofrece una herramienta mediante su mejor regulador para aves de corral en forma de un ajuste especial. La Temperatura efectiva neta proporciona una indicación de la sensación térmica, basada en la temperatura ambiente medida y corregida por los efectos de la humedad y la velocidad del viento. Esto indica de forma mucho más fiable la sensación térmica que la mera medición de la temperatura ambiente de la nave. De este modo, usted obtiene un indicador importante que le informa si sus aves están en su zona de confort.

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¿Y qué significa esto en la práctica?

La foto adjunta fue tomada en una granja de pollos de engorde en Australia, con naves de 168 metros de largo. La gran cifra, de 27,2 grados, indica la temperatura ambiente en el interior, que se basa en las mediciones de seis lugares diferentes de la nave. En la parte inferior izquierda se observa que las aves llevan 41 días en la nave. Para pollos de esa edad, 27,2 grados es una temperatura demasiado elevada.

Pero al lado de esos 27,2 grados hay una segunda cifra: 20,6. Esta es la temperatura corregida por el efecto de la humedad y el efecto refrigerante de la velocidad del viento. Para las aves de 41 días, esta temperatura es perfecta.

Además, con las mediciones en seis puntos de la nave se puede ver que la diferencia de temperatura en distintos puntos es de 1,5 grados como máximo. Esto permite que todos los animales en la nave se encuentren en su zona de confort.

Las aves continúan creciendo

El efecto sobre los resultados también está claro. Este productor también dispone de un sistema de pesaje de aves con básculas en dos lugares de la nave. La diferencia entre los pesos medios en la parte delantera y trasera de la nave es de solo 50 gramos, con un peso medio de 2,5 kg. Se trata de una diferencia mínima de alrededor del 2 %. Y esto se midió en una situación en la que todos los ventiladores de túnel funcionaban casi a su máxima potencia. Es decir, en una situación de alta velocidad del viento, en la que normalmente, resulta muy difícil mantener una temperatura constante.

Tomémonos también un momento para reflexionar sobre lo que podría haber ocurrido si este productor solo se hubiera fijado en la temperatura ambiente. De haber sido ese el caso, creería que los animales experimentan una temperatura de 27,2 grados, es decir, 6 grados más que la temperatura meta. Y podría haber llegado a la conclusión de que necesitaba empezar a enfriar considerablemente para reducir 6 grados de temperatura. Pero entonces también bajaría la sensación térmica de estos animales a 15 grados, con consecuencias desastrosas.

¿Eso es todo?

No. El control climático es complejo. Y no se trata solo de regular la temperatura adecuada para los animales. Pero el paso más importante ya está dado al utilizar nuestro controlador climático con el ajuste de «temperatura efectiva neta» activado. Así, el productor puede estar seguro de que las aves están en su zona de confort. De ese modo, ha dado el paso más importante hacia un mejor clima para el éxito. Y lo mejor es que el climatizador lo hace todo automáticamente.

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