La nave del futuro

El mundo no puede prescindir de la actividad agraria. El crecimiento de la población mundial solo hará aumentar la demanda de alimento producido de forma sostenible. El futuro del sector agropecuario reside en la innovación y en la integración de la tecnología en las operaciones cotidianas. Esto es especialmente cierto en el caso de las naves porcinas y avícolas, en las que se pueden aplicar sensores inteligentes, macrodatos e inteligencia artificial (IA) para cuidar mejor de los animales, potenciar la producción y elevar la eficiencia.

Mejorar la calidad con la nave del futuro

Las naves del futuro están totalmente automatizadas, con soluciones integradas que funcionan las 24 horas del día. Muchas de las actividades comunes que se realizan todos los días están automatizadas, y así el ganadero tiene más tiempo para las cosas que verdaderamente importan a la hora de gestionar su explotación. También son cada vez más frecuentes los sensores capaces de medir diferentes aspectos del entorno del animal, como la temperatura, la humedad del aire, los niveles de CO₂ y la actividad. Después estos sensores se pueden integrar en un análisis de macrodatos para obtener información sobre la salud y el bienestar de los animales y sobre el entorno en el que viven. Además de mejorar la salud y el bienestar de los animales, la tecnología también se puede emplear para incrementar la eficiencia de la producción.

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Inteligencia artificial en la nave

Los ganaderos necesitan tener muchos ojos en la nave y recibir sugerencias de mejora concretas en el campo de la salud y el bienestar animal. Muchas de las técnicas actuales de monitorización automática de parámetros relacionados con los animales han sido desarrolladas para la investigación experimental, y aún no se han traducido en productos rentables y orientados a la práctica. Si se combinan los datos recogidos por esos sensores con la inteligencia artificial, se puede optimizar el sistema para crear unas condiciones ideales para los animales. El sistema puede descubrir patrones e incluso extraer conclusiones. Por ejemplo, por medio de sensores e inteligencia artificial es posible hacer un seguimiento y analizar el crecimiento de los animales para poder establecer el momento óptimo del sacrificio. Esto no solo mejora la producción, sino que también aumenta la calidad de la carne. Además, se puede utilizar la inteligencia artificial para predecir cuándo hay posibilidades de que un animal enferme o de que surjan problemas en el entorno de la nave, lo que permite tomar medidas preventivas para evitar patologías o dificultades. Por ejemplo, si hace calor y los animales están poco activos y beben mucho, es un indicio de estrés por calor. Entonces se le advierte al ganadero que debe actuar y se le sugieren correcciones específicas. La inteligencia artificial también se puede emplear para optimizar el consumo de pienso y agua de los animales, con la posibilidad de ahorrar en costes y reducir el desperdicio.

La tecnología en las naves no es algo nuevo

En la automatización de los procesos de climatización y alimentación es habitual desde hace mucho tiempo aplicar técnicas avanzadas para mejorarlos. Un ejemplo de estas técnicas es el ventilador de medición desarrollado específicamente para regular de forma precisa la tasa de ventilación en una nave con ventilación mecánica. Esta forma de medir y regular garantiza un confort térmico óptimo para los animales sin fluctuaciones de temperatura ni, lo que es peor, corrientes de aire en la nave.

Para satisfacer las necesidades nutricionales de los animales, se utilizan sistemas automáticos de alimentación que permiten ajustar con precisión el tamaño de las porciones y la composición del alimento por comedero según las necesidades de los animales. El suministro de pienso sigue exactamente la curva de alimentación y cambia muy gradualmente de un tipo de pienso a otro, lo que hace que los animales crezcan mejor y enfermen menos. Gracias a estas técnicas se pueden dar las condiciones básicas fundamentales para un correcto bienestar animal, como el confort térmico y la prevención del hambre y la sed.

Indicadores de bienestar

Por lo tanto, lo extraño es que sigamos confiando en métodos subjetivos e incidentales para valorar el bienestar animal real, como las auditorías periódicas en la nave o incluso las evaluaciones posteriores en el matadero. Además, los miembros de la UE están obligados a monitorizar indicadores del bienestar animal, como la mortalidad y las lesiones en las patas de los pollos de engorde, y aplicar medidas de mejora en caso de hallarse problemas. Esto explica en parte la creciente demanda de unos sistemas fiables e independientes para evaluar los indicadores del bienestar animal.

Medir el animal y sus alrededores

Para una evaluación precisa del bienestar del animal es crucial que, además de los factores ambientales, también se mida el animal. Los problemas de la piel, el estado físico y los comportamientos anormales dan mucha información sobre el bienestar del animal. En comparación con las auditorías periódicas, el registro automatizado tiene muchas ventajas. En primer lugar, el registro automático puede realizarse de forma continua y en tiempo real. Además, es mucho más objetivo. Las auditorías periódicas exigen mucho tiempo y son menos fiables, ya que pueden alterar la rutina diaria en la nave y dar una imagen incorrecta de la situación actual. También se puede emplear la tecnología para registrar otros parámetros difícilmente perceptibles para el ser humano, como el ritmo cardiaco, el ruido y el nivel de cortisol plasmático, una hormona relacionada con el estrés.

Más investigación

Esto requiere investigar más en el campo de los sensores y dispositivos electrónicos de buena calidad pero asequibles, los algoritmos de regulación fiables y la facilidad de manejo para el usuario. El bienestar animal debe estar por encima de todo en esos avances. Pero el bienestar desde el punto de vista de los animales, con independencia de lo que pensemos y creamos los humanos.

¿Qué es el bienestar animal?

El bienestar de los animales es importante para los consumidores: no solo la calidad de los alimentos viene determinada por la seguridad del producto final, sino que los consumidores también quieren garantías sobre el bienestar de los animales que producen los alimentos. Dentro del programa de investigación europeo Welfare Quality®, un grupo de científicos europeos ha desarrollado unas normas para evaluar el bienestar de los animales de granja, así como estrategias prácticas para mejorarlo. Dentro de este programa se han definido unos parámetros objetivos para valorar el grado de bienestar:

Ausencia de hambre prolongada
Ausencia de sed prolongada
Comodidad en el descanso
Confort térmico
Facilidad de movimiento
Ausencia de lesiones
Ausencia de enfermedades
Ausencia de dolor inducido por procedimientos de manejo
Expresión de conductas sociales
Expresión de otras conductas
Buena relación entre humanos y animales
Ausencia de miedo en general

Por tanto, este enfoque se centra en los parámetros relacionados con los animales a la hora de juzgar su bienestar.

Medidas sostenibles en la nave del futuro

En la nave del futuro también se toman medidas en favor de la sostenibilidad, como reducir el consumo de agua y energía y minimizar la emisión de gases de efecto invernadero. Es posible usar sensores para monitorizar y optimizar el consumo de agua y pienso de los animales, mientras que el empleo de fuentes de energía renovables como la solar y la eólica pueden reducir los costes energéticos y las emisiones de CO₂.

Eficiencia

En conclusión, la nave del futuro es un sistema avanzado que combina sensores inteligentes, análisis de macrodatos e inteligencia artificial con el fin de mejorar el bienestar animal, aumentar la producción y optimizar la eficiencia. Esto no solo puede producir mejores resultados para el sector agrario, sino también contribuir a los objetivos de sostenibilidad y al bienestar de los animales.

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